En las tardes azules del verano,
por los rastrojos picoteando,
ire por los senderos a pisar la menuda
hierba, y entre mis pies
sentire, soñador, su frescura, dejando
que el viento bañe mi cabeza desnuda.
No dire nada, en nada pensare,
el amor infinito me subira hasta el alma
y me ire lejos, lejos, como un bohemio cualquiera
como con una hembra.
Arthur Rimbaud (1854-1891)
Nenhum comentário:
Postar um comentário